Lady Gaga ha dejado por un momento su menester como peso pesado (muy pero que muy pesado) del pop y ha contado en una entrevista a MTV como vivió de primera mano el 11-S, del que hoy se cumple nada más y nada menos que una década.
En 2001 Lady Gaga no era Lady Gaga y simplemente era Stefani Germanotta, una estudiante de 14 años que había llegado a clase con todos sus compañeros como un día cualquiera. Según cuenta Gaga, en un momento del día, los profesores reunieron a todos los alumnos en un aula, pusieron la televisión y fueron siguiendo los acontecimientos por la misma, escuchando y viendo las noticias y las novedades sobre lo que estaba sucediendo. Nadie de ellos se lo podía creer y fue cuando decidieron subir al tejado del instituto, desde el cual pudieron ver que sólo quedaba una torre y todos vieron aterrorizados como se desplomaba la segunda de las torres. Gaga cuenta que aunque lo vio todo con sus propios ojos seguía sin poder creer lo que estaba pasando y, de hecho, afirma que hay días que aún le cuesta creerlo.
Después ya se pone aún más mística y lacrimógena y menciona a las familias que perdieron seres queridos, como ella misma conoce a muchas personas que han perdido familiares y conocidos en los atentados, pero también saca el lado positivo del drama y recuerda lo mucho que unió a toda la ciudad, convirtiendo a Nueva York en una gran familia.
En 2001 Lady Gaga no era Lady Gaga y simplemente era Stefani Germanotta, una estudiante de 14 años que había llegado a clase con todos sus compañeros como un día cualquiera. Según cuenta Gaga, en un momento del día, los profesores reunieron a todos los alumnos en un aula, pusieron la televisión y fueron siguiendo los acontecimientos por la misma, escuchando y viendo las noticias y las novedades sobre lo que estaba sucediendo. Nadie de ellos se lo podía creer y fue cuando decidieron subir al tejado del instituto, desde el cual pudieron ver que sólo quedaba una torre y todos vieron aterrorizados como se desplomaba la segunda de las torres. Gaga cuenta que aunque lo vio todo con sus propios ojos seguía sin poder creer lo que estaba pasando y, de hecho, afirma que hay días que aún le cuesta creerlo.
Después ya se pone aún más mística y lacrimógena y menciona a las familias que perdieron seres queridos, como ella misma conoce a muchas personas que han perdido familiares y conocidos en los atentados, pero también saca el lado positivo del drama y recuerda lo mucho que unió a toda la ciudad, convirtiendo a Nueva York en una gran familia.
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